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IDUS DE MARZO

 

 

 

 

 

 

 

The Ides of March es una película de 2011 escrita, dirigida y producida por George Clooney e interpretada por él y Ryan Gosling. La película se estrenó el 7 de octubre de 2011 en Estados Unidos. Está basada en la obra de teatro Farragut north, representado en el Off-Broadway de 2008. Fue candidata a cuatro Globos de Oro, incluyendo «mejor película dramática» Stephen Meyers (Ryan Gosling) es un joven e idealista asesor de campañas políticas al servicio del gobernador demócrata de Pensilvania Mike Morris (George Clooney). Stephen afrontará el mayor desafío de su carrera profesional al tratar de conseguir que Morris sea elegido por el Partido Demócrata de los Estados Unidos para enfrentarse al candidato republicano en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2004. Meyers es el principal asistente del director de la campaña, Paul Zara (Philip Seymour Hoffman). Para conseguir un triunfo crucial del precandidato Morris en el Estado de Ohio en las elecciones primarias, deben obtener el apoyo de un Senador corrupto y muy influyente. Meyers es tentado por Tom Duffy (Paul Giamatti), el jefe de la campaña del otro precandidato demócrata, el cual le ofrece un puesto de importancia en filas contrarias, pero este se niega. Meyers se verá involucrado en el mundo de la política, pleno de traiciones, cruel y mentiroso, en el que nada es lo que parece; sus ideales tratarán de permanecer por encima de la corrupción, sin conseguirlo. Un dramático dilema entre ética y política que en el film parecen incompatibles.

Se rodó entre el 7 de febrero y el 2 de abril de 2011.5 Se filmó en los estados de Ohio y Kentucky, en poblaciones como las ciudades de Detroit o Cincinnati. También se filmaron algunas escenas en la Universidad de Miami, con unos 1.300 extras. Leonardo DiCaprio rechazó el papel principal, pero siguió involucrado en la película participando en las tareas de producción como productor ejecutivo. Chris Pine fue considerado para el personaje de Stephen Meyers, que finalmente es interpretado por Ryan Gosling. Brad Pitt iba a dar vida a Paul Zara, pero fue sustituido por Philip Seymour Hoffman... cosas del cine.

 

George Clooney creció en la ciudad de Cincinnati, donde ha sido rodado el film. El actor declaró que sus raíces en Ohio han influido en el desarrollo de la cinta. Algunos de los pósters utilizados en la campaña del Gobernador Mike Morris fueron inspirados en los carteles creados por el diseñador gráfico Shepard Fairey, utilizados en la campaña de Obama en 2008. Inicialmente iba a ser lanzada bajo el título de Double Visión. En los títulos de crédito finales no aparece ningún agradecimiento por parte de la productora al ayuntamiento de Cincinnati. Grant Heslov señaló que «ha sido un error imprevisto», además de asegurar que «el error será subsanado cuando sea lanzada en el mercado».

 

 

 

Según " Internet Rotten Tomatoes" obtuvo un 85% de comentarios positivos, llegando a la siguiente conclusión: "aunque no expone verdades reveladoras The Ides of March en un increíblemente bien interpretado drama, que se mueve a un ritmo tranquilo y confiado". Roger Ebert escribió que "el Clooney director traslada a su trabajo su experiencia como actor y atiende especialmente a las interpretaciones. La impresión que queda, sin embargo, es que él cree que su película es más reveladora de lo que realmente es". Clooney retrata ese temible mundo con lucidez feroz, sin apelar al maniqueísmo, haciendo creíble la desvergüenza". Según la página de Internet Metacritic obtuvo críticas positivas. Fue presentada en el Festival de Cine de Venecia, el 31 de agosto de 2011, dentro de la sección de largometrajes a concurso. También fue presentada en el Festival de Cine de Toronto, Canadá, el 9 de septiembre de 2011, dentro de la sección oficial de largometrajes a concurso. Fue candidata como «mejor película» en el National Board of Review Y fue candidata en la Broadcast Film Critics Association como «mejor reparto». Estrenada en 2.199 cines estadounidenses debutó en segunda posición con 10 millones de dólares, con una media por sala de 4.761 dólares, por delante de Dolphin Tale y por detrás de Real Steel. Recaudó en Estados Unidos 41 millones. Sumando las recaudaciones internacionales la cifra asciende a 75 millones. El presupuesto estimado invertido en la producción fue de 12.5 millones. Los idus de marzo también se desarrolla en ambientes políticos... Mike Morris (George Clooney) es un demócrata que tiene grandes posibilidades de ganarle a su rival republicano.  Como gobernador de Pensilvania ha logrado algunas ventajas para su Estado –salud  y educación para todos-, las que invoca en cada discurso, subrayado, a su vez, por su carácter agnóstico, lo cual le da un perfil progresista y popular. A pesar de ser el centro alrededor del cual se mueve toda la acción, su personaje es secundario, apenas aparece, y cuando lo hace es para subrayar el carácter de un hombre de principios inviolables. Morris, entonces, es sólo el pretexto que utiliza Clooney para mostrarnos los hilos del poder.

 

 

El verdadero protagonista es  Stehpen Myers (Ryan Gosling), el joven agente de prensa que ha logrado, bajo la tutela del director de campaña, Paul Zara (Philip Seymour Hoffman), que Morris vislumbre la posibilidad de participar de las elecciones primarias. La escena inicial resume eficazmente la descripción de los personajes: Myers prueba el sonido frente al atril desde donde hablará Morris, pronunciando sin énfasis aquellas promesas que se han hecho frases repetidas en el discurso del candidato. Despojadas de la intensidad que le imprimirá el orador frente a sus seguidores, se nos ofrecen, a nosotros, espectadores, como una arenga trillada, que resuena sin eco en la sala vacía. Es la primera impresión que tenemos de Morris, quien no está presente, pero ya sabremos que su discurso está construido sobre la base de frases hechas, posiblemente promesas sin seguridad de ser cumplidas. Efectiva escena preliminar de una historia que se irá volviendo compleja casi sin darnos cuenta. Los idus de marzo, de George Clooney La eficiencia del joven operador político no pasará inadvertida para la oposición. Los republicanos lo han detectado y tratarán de cautivarlo para que se cruce a sus filas. Una conversación con el jefe de campaña enemigo, Tom Duffy (Paul Giamatti) será el paso en falso que pondrá al desarrollo de la acción en una situación inestable, de la cual no sabremos cómo saldrá cada quien. La entrevista develará los manejos que mueven el aparato político más allá de los personajes involucrados en la campaña. La intriga, la moral, la ética, la lealtad serán valores que se pondrán en juego para mostrarnos seres de carne y hueso, influidos, más que por ideales políticos, por intereses personales. Si analizamos la inteligencia con la que se mueve cada uno de los personajes, comprenderemos su accionar; sin embargo, cada uno de ellos no es nada en sí, sino sólo un títere de algo superior que los digita. El toque humano en este duelo de intereses, ideales, ambiciones y metas está dado por la inclusión de un personaje frágil, la becaria Molly (Evan Rachel Wood), quien se interpondrá entre Morris y Myers, develando la flaqueza de ambos hombres, al minar la solidez moral del candidato y al hacer tambalear la actuación del agente de prensa por su ambición de poder.

 

 

Si tuviera que rescatar alguna escena para mi archivo de recuerdos, no dejaría en el olvido la elección de Clooney de dejar la cámara colocada a un lado del camino, donde se estaciona un vehículo negro con los vidrios polarizados, desde donde se invita a ingresar a un ansioso Zara, que apura su cigarro para unirse, suponemos, a Morris. A los pocos segundos, Zara baja abrumado.  Ha sido despedido. Al hombre pragmático le ha jugado en contra su inconmovible sentido de la lealtad. Como no es funcional al mecanismo de poderes que digita la política, es dejado, literalmente, al costado de la carretera. La historia que nos narra Los idus de marzo no es novedosa. Es, diría, previsible. No es la primera película que trata sobre lo que sucede entre las bambalinas de la política. La economía de diálogos y de personajes que compliquen el discurso gélido, directo, que desarrolla el film son una marca, así como la narración, donde la cámara se detiene en la inexpresividad de los rostros, para adentrarnos en las miradas, que dicen mucho más que los labios y los cuerpos de los protagonistas. Los ambientes oscuros –cuyo único toque de color lo da una bandera que ha obligado a varios norteamericanos a hundirse en la selva o en el desierto para aplicar la “justicia” del país más poderoso del planeta- sólo ofrecen el espacio donde se dirime el futuro, no sólo de un agente de prensa, de un jefe de campaña o de un candidato, sino de todo un país. Los entresijos de la política, donde traicionar los propios ideales es lo menos grave, le otorgan a Clooney un lugar en la cinematografía que no se basa sólo en el aspecto formal de su cine, sino en el compromiso con el que afronta los temas que propone al espectador. Un Clooney maduro nos cuenta lo que se cuece entre bambalinas mientras los aspirantes a políticos del país, sonríen y pronuncian frases brillantes.

 

 

Aunque la primera mitad de la película casi completa exige un ejercicio de comprensión al espectador medio, poco familiarizado con el sistema político norteamericano, paulatinamente vas sintonizando con el tono general  y pronto te sumerges en el meollo de lo que en verdad Clooney quiere contarnos. La de los políticos... la mecánica de sus campañas, la tramoya de sus apariciones, todo nos pilla un poco lejos, porque nos es ajeno, a pesar de que también vivamos en un sistema democrático donde cada cuatro años se producen combates electorales. Sin embargo, y como casi todo el mundo sabe, lo de EEUU es la exacerbación de la lucha por el poder, la madre de todos los sufragios. Y si por estos lares ponemos el olfato a punto para detectar si unos comicios huelen mal, ni que decir tiene que en EEUU la cosa se multiplica por diez, pues además se examina con lupa la vida de cualquier aspirante. La mujer del César no solo debe ser honesta, sino, además, parecerlo. De ahí que medios y populacho analicen con interés de proctólogo los más hondos recovecos de la vida de los políticos. Al terminar la película me pregunté qué habría hecho yo si hubiera sido un brillante licenciado de Harvard o similar, con la política metida en las venas y una carrera espectacular en ciernes, como el joven Stephen Meyers, el personaje al que da vida Ryan Gosling. Produce escalofríos atisbar los abismos del alma humana en el ejercicio del juego sucio para no sucumbir al fracaso, y de eso va la película. La recomiendo vivamente, pues los actores son de primera, la película es técnicamente perfecta y Clooney, en el guión y la dirección está, sencillamente, en estado de gracia. Si queremos buscarle las cosquillas a estos idus, seguro que se las encontramos, pero cuando uno califica el film de excelente, lógicamente añade un componente subjetivo de las emociones que como espectador único e irrepetible transmite la cinta.

 

 

 

Cine clásico, adaptación de una obra teatral, dirigida con maestría y sobriedad que mantiene la tensión durante todo el metraje con aroma de thriller, que no oculta el descarnado retrato de la hipocresía ética, social y moral con que nos dirigen aquello a los que votamos. Asistimos al derrumbe de un idealista que es capaz de sobrevivir aún a costa de sacrificarse a si mismo convirtiéndose en una pieza más del engranaje impersonal y sin nombre que mueve el mundo. Clooney se apoya en un buen reparto donde Hoffman y Giamatti dan un recital, Gosling sube un peldaño más en sus excelentes trabajos y La Tomei una vez más se pone a la altura con unos secundarios que no se merece. El propio Clooney lo borda en uno de sus mejores trabajos dramáticos. El resto no desmerecen, junto con una fotografía y banda sonora estupendas. Hasta el cartel esta por encima de la media. Los augurios favorables que según el calendario romano eran el tiempo de los idus, no han tenido reflejo en los Oscars, pero no por ello hay que negarle a Clooney lo que es de Clooney.

 

 

Que George Clooney es un actor comprometido ya lo tenía asumido. Lo demostró poniéndose al teléfono para captar fondos tras el desastre de Haití y lo demuestra con cada una de sus acciones solidarias. Es algo que va prácticamente ligado a su imagen de seductor. Parte de la vena altruista la ha querido explotar también en algunas de sus incursiones detrás de la cámara. Se inició en la crítica y la reflexión políticas con Buenas noches, y buena suerte y ahora con Los idus de marzo persiste en el empeño de trasladar a la pantalla sus férreas convicciones progresistas. Pero lo que sin duda demuestra este último filme es que Clooney tiene mucho más que aportar al mundo del cine como director que como galán. y con Los idus de marzo consigue su película más redonda. Lejos de la trascendencia que perseguía sin tapujos la notable Buenas noches, y buena suerte, aquí el ejercicio de cavilación viene disfrazado de apasionante drama político sabiamente dosificados. No es una película complicada pero sí inteligente, meticulosamente estudiada y que nos adentra en los entresijos de la política estadounidense. Durante el metraje parece que asistamos a un episodio extendido de El ala oeste de la Casa Blanca. Lo recuerdan los diálogos, ágiles y cien por cien disfrutables, y también la descripción del líder, con un poder relativo y frágil, dependiente y en manos de un equipo asesor que finalmente es el que maneja todos los hilos. El protagonista de la cinta no es el personaje de George Clooney, un aspirante demócrata que por sus ideales más bien utópicos parece escrito en exclusiva para el actor. Aquí el que lleva el peso de la campaña y también de la película es el director de comunicación... un joven treintañero con una prometedora carrera por delante, que se verá inmerso en una serie de dilemas que pondrán a prueba sus escrúpulos. Entre la espada y la pared, su imagen de gran profesional se verá cuestionada por un sistema plagado de traiciones.

 

 

 

Que el poder corrompe y transforma incluso a los más incorruptibles es algo que los ciudadanos tenemos asumido. Gracias al filme, asistimos a una sesión en la que se hipoteca sin rubor el futuro de los más jóvenes a sabiendas de que no tienen capacidad de voto o al discurso impoluto de un candidato sobre la pena de muerte, aparentemente improvisado, que responde más a los intereses que a las convicciones. Lo verdaderamente inquietante de la propuesta de Clooney no son los señuelos propios del thriller. Lo realmente aterrador es su parecido más que razonable con la realidad, su reflejo de un cinismo que va engrasando cada una de las piezas de una maquinaria política que nos vendieron como perfecta y nos ofrece su visión más crítica y castiga a los políticos, planteando situaciones en las que los personajes tienen que decidir entre jugar limpio o velar sólo por sus propios intereses, y lo hace con una crudeza que sorprende. Si los políticos gozan ya de mala reputación, esta película no sirve para mejorar la opinión que se tiene de ellos, sino para todo lo contrario, sirve para avivar el debate sobre las maneras de actuar, a veces nada lícitas de los gobernantes, esa extraña clase social que a base de jugar sucio, mentir y regalar sonrisas llega a gobernar el mundo.

 

 

En una cinta cargada de realismo ante unas actuaciones inmejorables por parte de sus actores, ello nos mantiene inmersos en una extenuante precampaña dentro del partido demócrata, donde todos los personajes dan todo de sí, tanto lo bueno, como lo malo. Narra como se lleva a un hombre hasta la Casa Blanca, esa carrera tan ardua de primarias y debates para conseguir el apoyo de congresistas y senadores en cada estado, con todas sus consecuencias. Pero no se detiene a pintar a unos como buenos o malos porque todos son ambas cosas dentro de la política, sólo depende de como les afecte. Con un reparto de actores majestuoso, aparece Ryan Gosling como el asistente de campaña a las órdenes de Paul (Philip Seymour Hoffman), el director del candidato demócrata a la presidencia, el gobernador Mike Morris (George Clooney). Todos ellos, junto a Evan Rachel Wood, Marisa Tomei y un impresionante Paúl Giamatti, juegan sus cartas, aunque a veces el que mejor las juega es el que ejerce su poder sobre los otros, esas son las reglas del juego en la política. Melodrama basado en una obra de teatro, con un argumento muy efectivo, y tan real como la vida misma no sólo porque temas así de candentes están todos los días en las noticias, sino también por un equipo dirigido por Mr. Clooney. Con un guión firmado por él mismo, Gran Heslov y Beau Willimon decidieron titularla The ides of March (Los idus de Marzo), ya que los idus (día 15 de los meses de Marzo, Mayo, Julio y Octubre) eran días de buenos augurios para los romanos. No obstante, Julio César fue asesinado en este día tras haberlo predicho un adivino. Este hecho llevó a William Shakespeare a mencionar el peligro de los idus de Marzo en su obra Julio Cesar. Iintriga política que hace pensar en quienes son realmente los que rigen nuestro futuro. Muy recomendable. Escribo estas líneas después de ver los créditos finales, y bajo los efectos de la película. Desde la primera escena ya prometía ser algo especial. Las armas se despliegan en pocos minutos en formación cerrada, brillante y fría: fotografía, sonido y guión… Todo en unos instantes y en un salón de actos vacío. Faltaba saber si la historia valía la pena. He leído en algunas críticas que la brillantez formal no está acompañada de profundidad. No puedo estar de acuerdo. He devorado cine político durante años, y he visto pocas cosas como los “Idus de marzo”. Hasta el título resulta perfecto cuando cae el telón. Es un desafío tratar de medirse con lo que pasó en los idus de marzo del año 44 a. C. El fin de César y de la república romana es el proceso político más y mejor analizado de la historia. Para mi gusto, Shakespeare brilló como nunca en su “Julio César”, al otro lado de la trinchera, Dante colocó en el centro de su infierno a Bruto, torturado como traidor por el mismo Lucifer. No sé de quién es el mérito de la historia. No he leído la obra de teatro original y no sé lo que ha añadido Clooney. Quizá el producto final, como pasa a veces en el cine, es mejor que los originales; una de esas raras mezclas afortunadas que mejoran con el paso de los años. Los “Idus de marzo” es una tragedia. La debilidad humana y el afán de poder se abren paso hasta exterminar el alma de los personajes y el desastre acaba siendo inevitable. Pero lo que te deja helado es que el desastre no es ningún apocalipsis, es el sistema mismo. Podría haber sucedido ayer. Aquí. Entre nosotros. Y no lo sabríamos. Pero lo habría podrido todo.

 

 

 

A Clooney le pone el compromiso. Le pone la polémica. Le gusta meter el dedo... Le gusta las cloacas del poder, lo hizo con la excelente Buenas noches y buena suerte. Pero ahora se ha superado y ha entregado la que, hasta el momento, es su mejor película detrás de la cámara: Los idus de marzo. Intentaré explicar el porqué de tanto entusiasmo...Es una historia sencilla sobre los principios, la ética y los entresijos de las campañas electorales. Si algo me gusta de Clooney es su capacidad para emplear con eficacia la elipsis y explotar al máximo cada fotograma. Así, en 90 minutos, se basta para contar, con tremendo impacto y narración ágil, todo lo que quiere..... Y por último, el trasfondo ético de la película, que tiene su máxima en una tremenda verdad: "Tarde o temprano, todo el mundo te decepciona". La película va de eso: de cómo las aspiraciones de poder terminan corrompiendo hasta a la persona  Para quienes gusten del cine político, Los idus de marzo no les decepcionará. A mí me ha gustado mucho por la claridad de sus ideas y la potente puesta en escena. Clooney, sin duda, ha vuelto a anotarse un tanto. Ya espero con impaciencia su siguiente película, En la mejor tradición marcada por Clint Eastwood, George Clooney, gran actor que acumula nominaciones, se está reconduciendo poco a poco como un director de éxito. Iniciando en 2002 con "Confesiones de una mente peligrosa", por el que fue nominado al Oso de Oro del Festival de Berlín, pasando por la excelente "Buenas noches y buena suerte"  en 2011 nos regala "Los idus de marzo", historia basada en la obra de teatro "Farragut North".

 

 

Altamente aclamada por la crítica, "Los idus de marzo" hace excepcional el paso de teatro a cine, bordando una trama compleja pero bien explicada y que, como toda buena obra de teatro, bebe muchísimo del trabajo interpretativo de sus actores. Sólo que es absolutamente recomendable, que Clooney vuelve a tejer una obra maestra que recuerda mucho a la también excepcional "Buenas noches y buena suerte" -y que aprovecho aquí para recomendar también. Una obra que habla de luchar por los ideales en los que creemos, por dejarnos llevar por nuestro deseo de venganza. Nos habla de sentimientos como amistad, deseo, y traición. Nos habla de victorias fáciles, difíciles e inesperadas, al igual que nos habla de derrotas aplastantes. Nos habla de dolor y sufrimiento, de dolores de cabeza, de noches sin dormir, de tensiones. Y nos habla, resumiendo todo esto en dos simples palabras, de: buen cine, además de sacarse de la manga un par de buenos momentos, pues este filme está basado en la obra de teatro que lleva el mismo nombre y, de verdad, en ningún momento sentí que estuviera viendo una adaptación de este tipo. Normalmente cuando una película está basada en una obra de teatro, llegas a notarlo por los diálogos y por lo encerrado que puede sentirse el ambiente. Aquí no sucede eso, la trama se siente ágil y el guión logra las correctas dosis de intriga y suspenso, logrando que en algunos momentos te llevas las uñas a la boca. Solo el guión de "Carnge" puede ser comparado con el de "Los Idus de Marzo", pues a pesar de desarrollarse en ambientes encerrados, en ningún momento sientes que estés viendo una adaptación de una puesta en escena. El guión está repleto de frases inspiradoras, profundas, irónicas y otras cínicamente verdaderas, que te ponen a reflexionar sobre lo que son capaces de hacer varias personas con tal de obtener el poder. La película tiene algunos defectos que impiden que la cataloguemos de "obra maestra" siendo merecedora del apelativo "obra excelentemente realizada". El resultado final es muy bueno, pero podemos darnos cuenta que la obra de Clooney se toma demasiado en serio a sí misma y se cree más de lo que es, es como si la película se catalogara a sí misma como obra maestra y por momentos trata de abarcar más. Hay secuencias en los que pareciera que estás viendo un documental, un noticiero o una conferencia de prensa, que en parte esta bien porque así sentimos más real lo que se nos narra, pero se nota que esta película quería llegar a la fuerza a las puertas del Oscar, sin embargo fue desbancada en esta carrera por filmes que ni siquiera se pensaba que pudieran conseguir ser consideradas a este premio. "The Three of Life" y sobretodo "Extremly Loud and Incredibly Close". Es loable el hecho de que la película no tenga que recurrir a efectos especiales ni a forzados giros de guión para lograr la impresión del público y mantenerlo sumergido en la butaca durante toda su duración. Por supuesto que hay giros, pero están perfectamente planificados y hacen avanzar a la trama, no le quitan coherencia. Así mismo, es de admirar la tensión lograda en escenas de puro diálogo en el que la cámara simplemente enfoca el rostro de los protagonistas y los punzantes diálogos y la perturbante mirada de los histriones, son suficientes para lograr las necesarias dosis de nerviosismo que el relato necesita. Y qué decir de George Clooney, que esta vez interpreta un papel a su medida y si bien no se luce como otra ocasiones, está muy atractivo y compenetrado con su personaje.

 

 

 

 

El film participó en la carrera del Oscar, pero fue desbancada antes de llegar a la meta. Puede presumir de haber logrado 4 nominaciones al Golden Globe, más solo se le concedió una nominación al Oscar (Mejor Guión Adaptado),a pesar de que muchas la pronosticaban como segura candidata a la Mejor Película.

 Con la omisión de su nombre en la máxima categoría quizás sea justo no quejarnos, Clooney merecía mas reconocimiento, y no solo por su trabajo en este filme, sino por su interpretación de un político insólito y un director en plenas facultades para seguir deleitándonos con estas mas que extraordinarias películas....

 

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