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ERASE UNA VEZ EN AMERICA


"Once Upon a Time in America"

 

 

 

 

 

 



Sin duda alguna, para comprender en parte el contexto y la valoración de "Érase una vez en América" hay que adentrarse en una de las películas míticas de la Historia: "El padrino". Los tres Films de Francis Ford Coppola no sólo conquistaron a público y crítica, sino que además sentaban las bases del nuevo cine de autor, que empezó a proliferar en la década de los 70 con nuevas generaciones de profesionales que se alejaban de las imperantes bases argumentales del Hollywood de los 50 y 60. ERA SE UNA VEZ AMERICA, es una obra espléndida, lamentablemente tengo que admitir que la sombra de "El padrino" es muy alargada y cualquier secuela de Gángsters siempre está presente. Pero sin embargo, la cinta de Sergio Leone consigue marcar un estilo propio y solidificarse como un título imprescindible en cualquier film de culto que se precie. Si bien admito que es la única cinta que he visto de Sergio Leone, y confieso que me dejó con la boca abierta. A diferencia de lo que me esperaba cuando la vi por primera vez. Esta película es un drama a ratos intimista y político, que narra la vida de un gángster cuya vida queda determinada por una serie de circunstancias: prostitución, cárcel.... De esta forma, en la primera hora de metraje, asistimos a un festín de escenas que mezclan con maestría el drama y la ingenuidad propia de un adolescente. Se muestran las inquietudes propias de unos chavales de catorce años, adornadas con diálogos y momentos especialmente cómicos, como el pastel de nata, por ejemplo. Sin embargo, un terrible acontecimiento cambia la vida de nuestro protagonista, y como consecuencia de ello el resto de metraje, tratando de manera más profunda el tema de la soledad y la expiación humana. La interpretación de Robert De Niro, es sobresaliente como en todo lo que hace, hay que reconocer que sale del trabajo con suficiente solvencia como para dar mucha carne a su personaje. Los secundarios enriquecen la carga dramática, especialmente dos; James Wood y Elizabeth McGovern, espléndida en su papel de Deborah, en principio ofrecido a Romina Power, que tuvo que rechazar por las presiones y amenazas de su entonces esposo Albano. Romina solamente con sus ojos y voz hubiera quedado como otro jalon de oro a esta obra maestra. La película tiene una cuidadísima ambientación y sobria puesta en escena, con una esplendida fotografía de Tonino Delli Colli y una inolvidable banda sonora de Ennio Morriconne, que mezcla temas instrumentales de notable lírica descriptiva, sensaciones, emociones y temas jazz, que se ocupan de la descripción de las calles de América.


También destacables el vestuario, la dirección artística... El montaje es otro de los puntos fuertes: y nos dá muchos momentos inolvidables, que iré desgranando. Una impecable obra maestra que reflexiona sobre el paso del tiempo y sus consecuencias: la soledad y el amor a diferentes escalas: la amistad, el sexo y el amor conyugal.




Para saborear determinadas películas hace falta encontrarse en circunstancias anímicas especiales. Lo digo porque “Érase una vez en América” no se puede ver con prisa .. Hace falta estar mentalizado y saber que tienes ante si cuatro horas de cine muy particular. Por eso la primera vez que se presencia esta película lo deben hacer como un niño, aunque pueda resultar violenta o sintiendo como un niño, porque Sergio Leone hace la película más infantilmente adulta que se ha rodado jamás. Y el resultado es maravilloso. El film no fué precisamente un éxito en EE.UU, porque en el país de la explicación fácil y del plano mascado en vez de la elipsis nunca entenderán como después de tantas horas la película sigue siendo ésta un misterio.“Érase una vez en América” tiene el esfuerzo tan titánico y colosal que no importa en absoluto si existen momentos de tibieza en una película monumental. Las interpretaciones son extraordinariamente sinceras y llenas de calidez. Hablar de la calidad de James Woods o de Robert De Niro no sería muy original, pero quiero señalar a la magnífica Tuesday Weld, que además de sensual y hermosa es capaz de dar respuesta en muchas escenas a los protagonistas comiéndoles incluso algún plano. Por cierto quiero recomendarla en su versión original. La música de Ennio no añade nada nuevo, lo único que a mi me causó hace años, es que me levantara de la butaca y aplaudiera cuando alguien que recoge un Oscar, aunque sea honorífico... Señor Morricone no se preocupe, tampoco a Jose L. Borges le dieron el Nobel y es más grande que veinte premios Nobel juntos. El fallecimiento del compositor romano nos robó al menos dos o tres películas más, pero el caso es que hoy, después de décadas de incomprensión, puedo decir con orgullo: “Soy amante del cine de Leone” sin que te miren extrañados como seguidor de un cine popular, o de baja intención artística. Sergio Leone fué muchísimo mas y el cine del siglo XX le debe mucho.
La primera vez que la ví, era muy joven, sin prestar mucha atención, y amante de otro tipo de cine mas directo, y algunas de las escenas me parecieron algo artificial y gratuitamente violentas con el fin de provocar fácilmente, como muchas películas de su época, los 80, la vez siguiente que la ví ya me pareció diferente. Pero ya en esta primera vez, y en mi juvenil gusto e incultura cinematográfica, me dejó algo de huella, había algo que yo no sabia describir y que después recubrí que era ese sutil toque de poesía que falta en muchas buenas películas, y de verdad la había, y mucha como en toda la obra de Leone.
Leone es un poeta del cine o así lo veo yo, la forma es lo que prevalece por encima de lo que se cuenta, aunque lo que se cuenta tampoco carece de interés sinó todo lo contrario, y así sucede en muchas de sus películas anteriores, en Hasta que llegó su Hora por ej. hay mucho de poesía de un salvaje oeste relatado y descrito con sus tópicos pero de manera distinta. Hay un enfoque donde prevalece la belleza en la forma, sin dejar esa poesía de describir toda la dureza y crueldad de aquella época. No entro a juzgar toda sus westerns, pues los hay también menos buenos, pero Hasta que Llegó su Hora junto con El Bueno el Feo y el Malo son sus obras maestras en el género, y junto con Peckinpah en La balada de Cable Hogue, y alguna de Ford, son el máximo exponente de esa descripción poética del Far West,n Erase una Vez en América, Leone se luce y hace su , para mí, su obra maestra.

 

Vale que su metraje es largo, pero contarlo a su manera es imposible de otra forma. Y precisamente por eso es una obra maestra, porque contar algo en tantos minutos, sin que deje de ser por un solo instante intrigante, sin que deje de ser un relato que con la hábil maestría del flash back resulta ser un retrato magistral del mundo mafioso al que describe con una maestría solo comparable con Il Padrino, pero con ese toque poético en el relato que le imprime Leone.

 

 

 

El valor añadido de este film es su música, para mi la mejor banda sonora de la historia o al menos una de las 3 mejores (no sabría decir cuales serian las otras 2, pero esta esta seguro entre las 3), pero también son valores añadidos un De Niro en su mejor papel (el de gangster)y en su mejor época, además la adornan las interpretaciones de Wood, Pesci y otros.




Podría decir que esta película me fascina por el género, pero no es por eso. No es una película ni de gángsters, ni sobre la mafia, es una película sobre la vida. Una historia sobre la amistad, el amor y principalmente, el paso del tiempo, los recuerdos del pasado, las oportunidades perdidas, la nostalgia, el ayer. Podría decir que Sergio Leone y Ennio Morricone, consiguen juntar sus fuerzas nuevamente, para conseguir alcanzar la perfección absoluta. Que por mucho que me esforzara en expresarlo con palabras, ni siquiera me acercaría a describir, lo que realmente se percibe al verla...Podría decir que contiene el mejor flashback de la historia del cine. O podría escribir sobre el gran trabajo de los actores. De la belleza angelical de Elizabeth McGovern. De la no menos bella Tuesday Weld, o del personaje de William Forsythe con la flauta de pan, con la que va a todas partes y que sirve de vehículo, para introducir los preciosos temas de Zamfir. O el personaje de Moe, uno de los grandes olvidados y que deja junto a Noodles, unos cuantos momentos grandiosos, sobretodo en ese reencuentro después de tantos años. Y aqui con mas razón, pues la magnífica presencia de De Niro, eclipsa todo a su alrededor. Ya de joven, con una escena en la que le daba un pastel a uno de los amigos, con una sola mirada se atisba la bondad del personaje.También podría dedicar un breve repaso a los momentos de emociones, con sentimiento, que hay en cada rincón de esta historia. Una mirada en el espejo de la estación, Yesterday, el tiempo ha pasado, todo ha cambiado... Sin palabras. Cuando Noodles abre la puerta del mausoleo y empieza a escucharse la música, que va muriendo conforme se cierra. La bellísima Jennifer Connelly, bailando en la trastienda. O cuando Noodles le dice a Moe, que se reconoce a los ganadores y a los perdedores en la línea de salida, este le contesta, que él habría apostado todo por él. A lo que Noodles le responde: "Si, y habrías perdido". En realidad cualquier escena, en la que el viejo Noodles dirige su mirada abatida, hacia cualquier detalle, cualquier foto o espejo, instantes antes de empezar a recordar, tiene que ser destacada. Y toda esa parte final, desde el encuentro con Deborah en el camerino;


-"La edad si marchita Noodles. Los dos hemos envejecido. Nos quedan los recuerdos, nada más."-

Siempre me emociono en esta parte y seguramente no seré el único... me enternece demasiado...Podría criticar esta película...¿Podría?.Podría decir tantas cosas, pero ustedes ya lo saben, si la han visto. Acabaré dedicando estas últimas líneas a Robert De Niro y James Woods, Noodles y Max, ahí quedan y quedarán para siempre sus nombres. Y ahí quedará también ese final entre los dos personajes, para demostrar que Érase una vez en America es una de las mejores películas de la historia del cine. Quiero plasmar los últimos diálogos de esta obra de arte:


-" Yo te arrebaté toda tu vida. He estado viviendo en tu puesto. Te lo quité todo. Te quité tu dinero, Te quité tu chica. Solo te dejé treinta y cinco años de dolor.... ¿Por qué no disparas?"-

-" Es cierto. He matado a gente, algunas veces para defenderme, otras veces por dinero. Muchas personas acudían a nosotros. Socios de negocios, rivales, amantes. Unos trabajos los aceptábamos, otros no..."-

-" ¿No quieres vengarte?."-

-" No. Es mi manera de ver las cosas "-

-" Son las 10:25 y no tengo nada que perder. Cuando un amigo te traiciona, se la devuelves. Hazlo."-

-" Verás... También tengo una historia. Un poco más sencilla que la tuya. Hace muchos años tenía un amigo, un querido amigo. Le entregué para salvarle la vida, pero le mataron. Aunque era eso lo que el quería. Fue una bella y gran amistad. Acabó mal para el, y mucho peor para mi también."-


 


No puedo evitar emocionarme con este final....Tampoco puedo olvidarme de dar las gracias a Sergio Leone y quitarme el sombrero ante semejante obra maestra.



Insobornablemente, Leone emprende con “Once upon a time in America” su segundo proyecto de despedida y un homenaje al cine genuinamente americano. Esta vez situando el marco de acción en la Nueva York de los convulsos años 20 y 30. Quizás, en esta ocasión, Sergio alcanza superar la inigualable apoteosis conceptual y artística que había conseguido con “Once upon a time in west”. Tal vez pedirle a Leone tocar el cielo por segunda vez y conseguir que todos los ángeles del firmamento ondeen nuevamente sus cantos no sea necesario... En cualquier caso ÉRASE UNA VEZ EN AMERICA, es sublime. Sergio Leone imprime a su trabajo el habitual tono operístico que le caracteriza y que brota de una serie de puntales que siempre le proporcionaron excelentes resultados. El italiano intuye como pocos el efecto estético y emocional de sus movimientos de cámara en el propio espectador y exprime al máximo su rendimiento. No contento con ello, el meticuloso cineasta concede a la puesta en escena la valía que se merece, obteniendo con ello ese empaque lírico. Pero eso no es todo. El maestro sabe que esto del cine es un trabajo en equipo y que tanto la música de Ennio Morricone como la fotografía de Tonino Delli Colli son siempre garantía de éxito. Por si fuera poco el elenco de estrellas que configuran el reparto es de primer orden: Robert de Niro, James Woods, Danny Aiello, Joe Pesci, Elizabeth McGovern, Treat Wiliams, una jovencísima Jennifer Connelly… La obsesión, la efervescencia, la avidez de Sergio no tiene límites. El entusiasmo le empuja a desarrollar, a su ritmo, una hermosísima y melancólica historia de cuatro adolescentes de los suburbios de Manhattan que, al abrigo del hampa neoyorquina, llegarán a lo más alto. El pulso narrativo es brillante y la trama no decae. Cierto es que las elipsis enriquecen el conjunto y que las contundentes dosis de violencia y sexo que nos suministra Leone nos mantienen enchufados a esta soberbia epopeya de gángsters, pero debo insistir, retener al espectador inmovilizado en su asiento durante cerca de cuatro horas tiene un gran merito. Se cuentan con los dedos de la mano los directores que son capaces de manejar semejantes metrajes. “Once upon a time in America” tropieza superficialmente por sus inevitables excesos, por el lastre de una ambición desmesurada. El postrer epílogo leoniano, a mi entender, tiene la mística, la magia, el pálpito que infunde el director y con el que nos hace levitar a los mortales. Así, el segundo testamento de Leone sigue siendo una incontestable obra maestra.


 


La primera vez que la ví, no presté mucha atención, era amante de otro tipo de cine y algunas de las escenas me parecieron demasiado violentas...Lógicamente en aquellos años y mas concretamente en España no estabas habituado a este tipo de secuencias, salvo que nos escapáramos a Paris...Pero, la siguiente vez que la ví me pareció que brillaba con mucha luz. Pero en esa primera vez, en mi juvenil, me dejó huella a pesar de todo, había algo que yo no sabia describir y que después descubrí... era ese sutil toque de poesía que falta en muchas buenas películas, y de verdad existía y mucha como en toda la obra de Leone.
Leone, es un poeta del cine o así lo veo, la forma es lo que prevalece por encima de lo que se cuenta, aunque lo que se cuenta tampoco carece de interés sino todo lo contrario, y así sucede en muchas de sus películas anteriores, como en Hasta que llegó su Hora, hay mucho de ello en un salvaje oeste relatado y descrito con sus tópicos pero de manera distinta. Hay un enfoque donde prevalece la belleza en la forma, sin dejar esa sensibilidad en describir toda la dureza y crueldad de aquella época. No quiero juzgar ahora los westerns, pues me cuesta nombrarlos de lo malos que son. En Érase una Vez en América, Leone se luce y hace una obra de culto. Su metraje es largo, pero contar este film correctamente es imposible de otra forma. Y precisamente por eso es una obra maestra, porque contar en tantos minutos, sin que deje de ser por un solo instante intrigante, sin que deje de ser un relato que con la hábil maestría del flash back resulta ser un retrato magistral del mundo mafioso al que describe impecablemente, solo comparable con El Padrino, pero con un lienzo poético que imprime Leone. El valor añadido es su música, para mi la mejor banda sonora de la historia o al menos una de las 3 mejores. Yo como muchos cinéfilos exigente descubrí Leone tardíamente, pero he visto mucho cine y hoy por hoy me doy cuenta de su valor en la historia de este arte, pues el cine lo es y con letras mayúsculas, por ello hay que valorarlo como la forma de contar algo con imágenes y ahí Leone fué un genio que, con su muerte, dejó a este arte huérfano y esto si que es una enorme perdida.



Es impresionante, obra maestra de principio a fin con todos los fundamentos que requiere el Séptimo Arte para ser todo perfecto. "Érase Una Vez en América" es la mejor película de Cine Negro y posiblemente de la historia en general, es la máxima pura perfección que puede llegar el Séptimo Arte. Leone en 4 horas cuenta una historia con un inmenso trasfondo poético que tradicionalmente se tardaría más de 10 horas, dejándose ver enigmas a lo largo de la película para que el espectador vaya resolviendo toda la complejidad de la historia. Es una historia de círculo vicioso que le hace que tenga una infinita complejidad y que a la misma vez que hace una historia particular de esos personajes, también lo hace contando la historia de los Gángsters, desde que se creó la mafia hasta el fin de la misma dejando el recuerdo, sueños o imaginaciones de una época pasada. El maestro Leone supo superarse a sí mismo, película tras película, comenzando discretamente con El coloso de rodas, pasando después a la reliquia del western conocida como la trilogía del dólar, seguida de Hasta que llegó su hora. Se despidió del western con la desconocida para muchos ¡Agáchate, maldito!, la cinta antecesora de la que sería la obra maestra de Leone: !! Érase una vez en América !!. Gigantesca dirección, descomunal fotografía, impresionante banda sonora y la historia sorprende como para que el film nos deleite con la magnífica calidad que muestran todos y cada uno de sus fotogramas. El argumento gira en torno a la vida de David Aaronson “Noodles”, un joven de origen judío que encabeza una pandilla formada por su nuevo amigo Max, además de sus otros tres colegas de siempre: Patsy, Cockeye y Dominic. Juntos, se comportarán como auténticos gángsters de la época, cometiendo todo tipo de fechorías en los suburbios de Manhattan, consiguiendo aumentar el poder de la banda hasta llegar a convertirse en unos verdaderos artistas del mundo de la delincuencia, mientras van pasando los años y aquellos niños se han hecho hombres, en plena época de la Ley Seca. Un film repleto de ternura, tristeza y hermosura, que parece varias películas en una sola, pues el amor es tan protagonista como el mensaje sobre la amistad que transmite, así como los negocios y el crimen organizado. Todos los papeles están interpretados a la perfección: nadie sobra. Parecen haber nacido para protagonizar Érase una vez en América. Quien quisiera que fuese el director de casting acertó plenamente en la elección de tan exquisito grupo coral. Tan sobrecogedoras y bonitas son las actuaciones de la parte de la película en la que nuestros amigos judíos son unos niños, como las que después pasarán a interpretar los Robert De Niro, James Woods y compañía. Obra de culto, absolutamente imprescindible, que enamora, emociona a la vez que enfría y embelesa hasta hacernos abrir la boca, cautivando nuestros sentidos.

 


Leone tardó más de 10 años en terminarla. Estoy dispuesto a dedicarle mi tiempo y volverla a ver, son muchas las ocasiones en que he tenido ese privilegio y no me cansaré de recomendársela a todos los amantes del cine. En mi humilde opinión, se puede soportar casi todo en la vida, pero LA TRAICIÓN, en todas sus posibles manifestaciones, es el exponente máximo de la miseria humana. Su efecto es desastroso, produciéndonos ese desagradable sentimiento de frustración, ira, decepción. Nos deja totalmente indefensos, vulnerables para que una ligera brisa te deje tumbado y ya no te puedas levantar. Sólo una VOLUNTAD férrea, cimentada en valores sólidos, como es la AMISTAD, sin faltarle el AUTOENGAÑO, esto podría soportarlo, pero con mucho ESTILO. La trama juega con el TIEMPO: pasado y presente se mezclan para hacer una ensalada con multitud de colores y formas, sabores y aromas, y piensas a posteriori sobre lo que has visto, aderezado con la música de Morricone que te envuelve. Todo se digiere con gusto aunque el sabor de boca final sea agridulce. Nos transporta a una ÉPOCA, desde los locos años 20, época de especulación y prosperidad, pasando por los años 30, el hampa, la ley seca, la Gran Depresión del 29, la crisis industrial, el paro, la caída de un sistema económico que conduce a que también pierdan su valor conceptos tanto cívicos, morales y humanos y conlleva a la mera supervivencia, la ley de la selva. Si la ambición te puede en estas circunstancias, tienes que comer o ser comido. Ser un tiburón, con todas sus consecuencias. Nos adentra en un lugar, Nueva York, ciudad que es una mezcla de culturas, razas y religiones representativas de todo el planeta y con un número de habitantes asfixiante. Refleja el inexorable paso del tiempo, en un grupo de amigos, como van modelando su personalidad, condicionado por todos estos factores, la dureza y crudeza de sus actuaciones que les afectaron individualmente de forma muy diferente. La ambientación y vestuario están tan conseguidos que parece un documental. Los detalles en esta película son los fuegos artificiales que le dan ese toque mágico a cualquier acontecimiento, las elecciones que toman sus personajes y que les conducen por diferentes caminos, sus repercusiones futuras. El éxito que conseguimos hoy, con el paso del tiempo y madurando un poco, puede ser una pesada carga cuando lo analizamos y tomamos consciencia de como lo hemos conseguido. Algo sublime. Érase una vez en América contiene en su interior el concepto o la idea de lo que considero es cine perfecto: el dinero, la técnica, y una producción descomunal al servicio del talento de Sergio Leone, al que adivino con ganas de innovar, experimentar y transmitir...El resultado es una de las mejores películas de la historia del cine, aunque era desde el principio un proyecto arriesgado. De ahí sale la mayoría de sus virtudes, y de ahí surge su éxito en todos los años transcurridos. Es una película compleja dirigida a personas acostumbrados a historias manidas y simplificadas hasta el extremo, es una película en la cual no tienes nada por seguro, porque posee múltiples lecturas que te exprimirá el cerebro. Pero sobre todo es hermosa. Es la película de gángsters más emotiva jamás hecha, la más triste, la más melancólica. Es una de las pocos Films sobre la mafia que habla sobre la vida más que sobre la muerte. Habla sobre la juventud, la madurez y el declive, habla sobre la amistad, el amor, los recuerdos, las decisiones, el orgullo, el perdón, los valores, el poder y el dinero, todo ello en una obra Maestra total.


La originalidad de Érase una vez en América no está en su argumento, sino en la forma en que se trata la historia, explicándonos a modo de cuentagotas lo que le ha ocurrido a Noodles para hacer de él el hombre que ha llegado a ser. Además, Leone consigue que la música de Ennio Morricone sea uno de los vehículos que se usen para contar la historia, con diferentes melodías para interpretar lo que los personajes sienten en diferentes momentos. La traición, la amistad, lasenemistades y las decepciones serán el leit motiv de toda la película. Al final, veremos cómo Noodles está atormentado por haber traicionado a sus amigos para salvar a Max, y Max está atormentado por haberle robado la vida a Noodles, haciendo del final de la película uno de los mejores de la historia del cine. En Estados Unidos se estrenó una versión bastante más corta que la de 220 minutos que se mostró en Europa, quizás por la censura o quizás porque no les compensaba estrenar una película tan larga, que en España hasta se programaba como dos partes distintas en diferentes horarios. Existe además una teoría que cambiaría la historia que en principio se nos cuenta: la teoría del opio. Vemos a Noodles entrando en una sala de opio al principio y al final de la película, mostrando la misma escena desde dos puntos de vista diferentes. Esto ha llevado a muchos cinéfilos a pensar que el Noodles anciano que se nos muestra no es más que una alucinación del joven Noodles por culpa del opio, así se explicaría que Deborah no hubiese envejecido durante tantos años. En la pantalla veo mafiosos haciendo cosas de mafiosos, pero siento que en el fondo hablan sobre mí. Hablan sobre mí mucho más de lo que lo hacen otras películas enormes como El padrino, Uno de los nuestros o la propia Pulp Fiction. Los personajes de Érase una vez en América son mucho más cercanos, con sentimientos mucho más humanos. ¿Cómo puedo verme reflejado en alguien que asesina de manera fría y sistemática? Quizá porque la película no va sobre esto, sino sobre sentimientos. Estos se sitúan por encima de los actos más sanguinarios, haciendo que queden como un simple trasfondo, como contexto y eje central. Sergio Leone logra una experiencia, larguísima y gigantesca, cuyo visionado no puede estar sujeto a las prisas, sino que reclama toda tu atención. Robert de Niro es un actor inmenso y no el “actor” vulgar y carente de fuerza en el que se ha transformado, pero es que hasta los niños completan interpretaciones que van más allá de la naturalidad. Atentos al debut de Jennifer Connelly…

Érase una vez en América es una película única

 


La última película de Leone fue una de las obra más autoexigentes y mastodónticas de la Historia del Cine. Nos recuerda a EL PADRINO de Coppola pero Leone más que narrar una historia de gángsters lo que le interesa de "Érase una vez en América" es la reflexión: recorrida por el aliento melancólico y poético de la relajante, triste y asi es una obra que más que sobre la violencia o sobre la Mafia, se ubica en el terreno reflexivo acerca de la inaguantable losa del paso del tiempo, que fluye entre los finos hilos de la amistad, del amor y, otra vez la amistad, pero ahora traicionada, teñida de un estigma que hacen de ella un elemento por el que se hila el ovillo de los recuerdos del pasado. Durante muchos años los americanos se han imaginado o han tenido en mente la imagen clásica de un personaje mafioso, aquel que viste con pajarita, traje Armani, fuma puros y controla desde un despacho todo el negocio, aparte de fingir ser alguien respetado e ir de fiesta en fiesta bebiendo champán. Y eso no era todo, también tenía que ser italiano. Dejando atrás la historia americana del siglo XX, parece claro que los italianos jugaron un papel decisivo en la posterior mafia en el famoso país, pero no eran ni por asomo los únicos que estaban. Tal vez parte del "mérito" se lo debamos a Francis F. Coppola, quien introdujo la personificación por antonomasia del jefe mafioso, si bien hay películas posteriores que cambian esta imagen, es evidente que ninguna logra alcanzar la obra Coppoliana. Es curioso que incluso después de que Italia protestara por esta imagen tan denigrante hacia sus compatriotas en numerosas películas, una de las mejores que versa sobre el mundo de la mafia, sus consecuencias y que está situada en América sea dirigida por un director italiano. Leone, como buen artesano se aleja completamente de los parámetros de su época, estableciendo una localización única, un guión formidable y unas actuaciones de altura, haciendo del largometraje una experiencia única, casi poética. El ritmo y el tempo van de la mano y pese a su metraje, el film es corto, dando ganas de mas, dejando un gusto amargo, no por la experiencia extraordinaria vivida, sino por estar esta acabada. Pocas películas consiguen lo que esta: una perfecta conexión espectador-personajes, un interés total por la historia, una sensación única, admirable, casi orgásmica. Se convierte casi sin quererlo en una total obra maestra que mereció todos los Oscar del año. En definitiva, nunca Leone pudo acabar mejor su carrera cinematográfica: un broche de oro, para una película de lujo.

Grandioso film de gángsters, con muchos secundarios que están extraordinarios, desde Joe Pesci, Burt Young, Treat Williams, un poli en busca de su hijo Danny Aiello, todos aportan su grano de arena para que esta obra magistral salga airosa, con una trama a través de flash back. Esta película en España no tubo todo el éxito que se merecía, los distribuidores no se les ocurrió otra cosa que estrenarla en dos partes, y lógicamente al acabar la primera parte del film la gente salía con cara de búho, como si se hubiesen quedado a medias, solo a nosotros se nos ocurre pagar dos veces por la misma película, es como si hubiesen hecho eso con Films como “Lo que el viento se llevó” o “Ben-Hur”, también hubiera sido un fracaso de taquilla. De todas formas gracias al DVD podemos disfrutar de esta obra maravillosa en todo su esplendor, en la misma cinta, con dos discos. Maravilloso film, con un no menos sorprendente final, que cada cual interprete lo que quiera, lo importante es su belleza y sus personajes de suburbios.

 



El principal papel femenino del film le fué ofrecido a Romina Power. Una vez que coincidimos en un programa de TV, hablando sobre su padre Tyrone Power, le pregunté:


-"Romina..¿por que rechazaste tan bello personaje?-"


A lo que la actriz y cantante, mirándome a los ojos, me dijo:


-" El Señor Albano me lo prohibió, fuí una estupida...-"



INJUSTO, MAFIOSO E IMPERDONABLE



 





Érase una vez unos chicos que crecieron en un Nueva York maldito, vibrante y sórdido, allá por los principios del siglo veinte. Eran hijos del abandono y de la indiferencia, cuyos padres eran calles escasamente hospitalarias y que no ofrecían protección a uno niños que las conocían como la palma de su mano. Calles malolientes y húmedas en las que la mayor suciedad y el mayor peligro procedían de las bandas organizadas, de los negocios turbios que existían bajo las mismas narices de las autoridades y, a menudo, con su consentimiento y colaboración. Una corrupción vital que pudría los huesos y el alma. Y esa corrupción se instalaba en los jóvenes huesos de unos jóvenes adolescentes que envejecían prematuramente. Desde que alzaban apenas dos o tres palmos del suelo, aprendían que, para sobrevivir en el fango y en la podredumbre, hay que ser ratas y la misericordia es una palabra que casi no existe, solo el genuino valor de la amistad tiene algún sentido.Ratas que se desenvolvían en los subterráneos de la Gran Manzana interiorizando la ley del más fuerte, la ley de matar para que no te maten a ti. Y La ley del Dios Dinero ante el cual hay pocas cosas que no estén en venta. La Ley Seca, con la prohibición de la fabricación, distribución y consumo de bebidas alcohólicas, dio paso a algunos de los años más negros de la historia reciente de los Estados Unidos. Y muchas de aquellas ratas de las cloacas de las grandes ciudades se organizaron para formar redes de gángsters que esperaban sacar lucrativos beneficios. Entre ellas, estaban, Noodles, Max, Cockeye, Patsy y Dominic, abriéndose camino en la ilegalidad y manchándose de sangre...El film nos hace introducirnos poéticamente en la mirada nostálgica, melancólica y derrotada de un Noodles ya viejo, treinta años después de aquellos violentos años de juventud. No podemos esperar encontrar felicidad ni redención en él. La historia de Noodles es la historia brutal de un duro gángster de Nueva York que ha vivido rodeado de sombras, crimen, traición y una soledad abrasadora, probablemente merecida en gran parte. Que, si poseyó luz alguna vez, se extinguió, apagándose lentamente como una desvaída lámpara de gas.

Podría decir que esta película me encanta por ser del género que es, pero no es por eso. No es una película ni de gángsters, ni sobre la mafia, es una película sobre la vida. Una historia sobre la amistad, el amor y principalmente, el paso del tiempo, los recuerdos del pasado, las oportunidades perdidas, la nostalgia, el ayer.
Podría decir que Sergio Leone y Ennio Morricone, consiguen juntar sus fuerzas nuevamente, para conseguir alcanzar la perfección absoluta. Que por mucho que me esforzara en expresarlo con palabras, ni siquiera me acercaría a describir, lo que realmente se siente al ver esta película.


Podría decir que contiene el mejor flashback de la historia del cine.


O podría escribir algo sobre el gran trabajo de los actores. De la belleza angelical de Deborah (Elizabeth McGovern); la edad no la marchita. De la no menos bella Tuesday Weld, o del personaje de Cockeye (William Forsythe) con la flauta de pan, con la que va a todas partes y que sirve de vehículo, para introducir los preciosos temas de Zamfir. O el personaje de Moe, uno de los grandes olvidados y que deja junto a Noodles, unos cuantos momentos grandiosos, sobretodo en ese reencuentro después de tantos años. Aunque aquí con razón, pues la magnífica presencia de De Niro, eclipsa todo a su alrededor.
Ya de joven, con una escena en la que le daba un pastel a uno de los amigos, con una sola mirada se atisba la bondad del personaje. También podría dedicar un breve repaso a los momentos de emociones, con sentimiento, que hay en cada rincón de esta historia. Una mirada en el espejo de la estación, Yesterday, el tiempo ha pasado, todo ha cambiado... Sin palabras.
Cuando Noodles abre la puerta del mausoleo y empieza a escucharse la música, que va muriendo conforme se cierra....,mietras la bellísima Jennifer Connelly, baila en la trastienda.
 


En la conversación con Moe (Larry Rapp) se producen algunos más. Como cuando Noodles le dice a Moe, que se reconoce a los ganadores y a los perdedores en la línea de salida, este le contesta, que él habría apostado todo por él. A lo que Noodles finalmente le responde...Si, y habrías perdido.
En realidad cualquier escena, en la que el viejo Noodles dirige su mirada abatida, hacia cualquier detalle, cualquier foto o espejo, instantes antes de empezar a recordar, tiene que ser destacada. Y toda esa parte final, desde el encuentro con Deborah en el camerino...


-La edad si me marchita Noodles. Los dos hemos envejecido. Nos quedan los recuerdos, nada más.


Podría decir que casi siempre me emociono en esta parte y seguramente no seré el único. Podría criticar esta película...¿Podría? y decir tantas cosas, pero ustedes ya lo saben y sino es así, deberían. Acabaré dedicando estas últimas líneas a Robert De Niro y James Woods, Noodles y Max, ahí quedan y quedarán para siempre sus nombres. Y ahí quedará también ese final entre los dos personajes, para demostrar que Érase una vez en America es una de las mejores películas de la historia del cine.


-Yo te arrebaté toda tu vida. He estado viviendo en tu puesto. Te lo quité todo. Te quité tu dinero, Te quité tu chica. Solo te dejé treinta y cinco años de dolor por haberme matado. ¿Por qué no disparas?.

Por la mente de Noodles empieza a pasar la película de su vida, que ya es parte de nosotros.

-Es cierto. He matado a gente, señor Bailey. Algunas veces para defenderme, otras veces por dinero. Muchas personas acudían a nosotros. Socios de negocios, rivales, amantes. Unos trabajos los aceptábamos, otros no...El suyo no lo hubiéramos aceptado.

-¿Esta es tu manera de vengarte?.

-No. Es mi manera de ver las cosas.

Max saca el viejo reloj...

-Son las 10:25 y no tengo nada que perder. Cuando un amigo te traiciona, se la devuelves. Hazlo.

-Verá, señor secretario. También tengo una historia. Un poco más sencilla que la suya.
Hace muchos años tenía un amigo, un querido amigo. Le entregué para salvarle la vida, pero le mataron. Aunque era eso lo que el quería. Fue una gran amistad. Acabó mal para el, y mal para mi también.
Buenas noches, señor Bailey.

No puedo evitar emocionarme con este final.
Tampoco puedo olvidarme de dar las gracias a Leone y quitarme el sombrero ante esta obra maestra


Sergio Leone siempre se sintió fascinado por los Estados Unidos desde niño, realizar la película le llevó 13 años de su vida luchando contra las adversidades. Adaptó para la pantalla el libro: “The Hoods” de Harry Grey, novela autobiográfica de la vida de un pequeño gangster. Leone, que era consciente que el cine estaba cambiando radicalmente y para siempre, pretendía crear una obra de cine clásico, que mostrara el arte, que su generación había amado, en toda su pureza. Sin embargo, no es menos cierto que él mismo consideraba que su cine constituía a su vez una especie de transición entre el clásico y moderno. Lo que nunca se imaginó fue que “Erase una vez en América”, además de ser su testamento definitivo y una forma poética de hacer cine, también sería, por una maldita carambola del destino, su último aporte al Séptimo Arte, pues falleció de un infarto en 1989.
En síntesis una película enorme, con una historia igual de grande, la despedida solemne de un soberbio maestro, con actuaciones de primera, tres horas cuarenta y cinco minutos de cine puro y exquisito. ÉRASE UNA VEZ EN AMERICA, es una obra maestra absoluta, el canto de cisne de un poeta con aristas, del que todos salimos sangrando un poco.


DEDICADO A TODOS LOS QUE AMARON ALGUNA VEZ

El amor y la poesía se alimentan de la imaginación, nos hace más sabios que lo que sabemos, mejores de lo que sentimos, más nobles que lo que somos; que nos capacita para ver la vida como un todo; que es lo único que nos permite comprender a los demás en sus relaciones así reales como ideales. Sólo lo bello, y bellamente concebido, nos alimenta.


Yo como muchos otros, descubrí a Leone tardíamente, pero con mis mas de 40 años , he visto mucho cine y hoy por hoy me doy cuenta de su valor en la historia de este arte, pues el cine es un arte y por ello hay que valorarlo como la forma de contar algo con imágenes y ahí Leone fué un genio que, con su muerte, dejó a este arte huérfano de poesía, y es una pena que no hubiese vivido más y nos hubiese dejado mas obras de este estilo.


Una de las mejores obras maestras de la historia del cine..